La crianza de millones de abejas -casi tantas como habitantes hay en este país- en los campos del sur de Burruyacu sostiene el emprendimiento de Ana Carolina de Haro. Asentada en El Timbó Nuevo, esta apicultora se ha dedicado por décadas a la producción de miel y vive a partir de su comercialización. Ahora, procura reingeniar su negocio para sortear los embates económicos de la cuarentena.

“Tuvimos que parar cuando comenzó todo, pero estoy tranquila porque tengo lo mío y los clientes ya nos conocen. Soy paciente y ahora estoy volviendo de a poco con las ventas”, cuenta la propietaria de “La Carola Miel”.

Fotos GENTILEZA ANA CAROLINA DE HARO

Si bien las actividades como la suya (de producción de alimentos) siempre estuvieron entre las excepciones del encierro obligatorio, el traslado de los productos hacia la ciudad -donde reside gran parte de sus compradores- se ha visto dificultado.

Recién la semana pasada, De Haro pudo retomar las ventas, pero sólo con algunos clientes particulares. Es que los principales compradores de los tarros de miel -indica la apicultora- son los vecinos que acuden a las ferias del programa municipal “El Mercado en tu Barrio”, que ahora está frenado. También se proveen de sus productos algunos negocios como cervecerías y bares, cuya actividad está parada.

Un poco de historia

Gracias a la distribución de las abejas entre distintos puntos del sur del departamento de Burruyacu y Santiago del Estero, la oferta de “La Carola” incluye diversas variedades de miel (de acuerdo a la flor polinizada), panales, polen y jalea real.

Fotos GENTILEZA ANA CAROLINA DE HARO

Los orígenes del emprendimiento se remontan a los primeros años de la década del 2000. De Haro cosechaba en su huerta de El Timbó Nuevo (en donde nació y se crió) cuando conoció a unos apicultores de Entre Ríos que buscaban dónde ubicar sus colmenas. Con el correr de los años, luego de numerosos traslados entre provincias vecinas y de “experiencias difíciles”, la emprendedora consiguió estabilizar su producción.

Aquello que comenzó como un hobby -sostiene- hoy es su sustento de vida. “La Carola” posee cerca de 500 colmenas (cada una alberga a 80.000 abejas) y da trabajo a siete personas, entre empleos fijos y rotativos. Por mes, el negocio vende unos seis tambores de 300 kilos de miel.

Fotos GENTILEZA ANA CAROLINA DE HARO

De Haro se niega a que la crisis le arrebate lo que consiguió. Así, anticipa que viajará algunas veces por semana a la Capital para llevar su producción hacia un punto desde donde se puedan realizar pedidos. “Estos años fueron una lucha constante y nunca me imaginé que podía vivir de lo que me apasiona y consumir mis propios productos”, reflexiona.